jueves, 14 de julio de 2016

RENDIRSE



Queridos míos, ya se que os he tenido muy abandonados últimamente. 
Es que tenía muchas cosas que atender al mismo tiempo. Os pido humildemente disculpas por no haber sabido nada de mi durante tanto tiempo.

Pero ahora ya estoy aquí, más relajada y dispuesta a escribir un poquito más.

Este tiempo de silencio me ha servido mucho, no sólo para poder dedicar mi atención a todos esos proyecto que tengo aquí en Calatayud, y que os había ido comentando cuando me trasladé aquí sino también para observar el momento en que me encontraba y, como viene siendo habitual, reflexionar sobre lo que me pasa y, lo más importante, como influye en mi.

Me he dado cuenta que me había venido muy arriba, pensando que podía con todo el trabajo que tenía en el campo, por ejemplo, y que pretendía hacer rapidisímamente, sin duda guiada por mi impaciencia y esa inflexibilidad con la que convivo a diario. Me he dado cuenta que con esta aptitud lo único que he conseguido es cansarme sobremanera. Admito haberme visto sobrepasada y, aun así, he seguido trabajando sin descanso. Ilusa, NO ME HA SERVIDO DE NADA.

Al fin y al cabo, como en todo, hay temas a solucionar en el campo que no dependen de mí solamente y que han retrasado irremediablemente la puesta a punto final del lugar.

Al final he tenido que RENDIRME.

Y aquí viene el quick de la cuestión: por más que yo me empeñe todo no depende de mi. En la vida trabajamos en equipo, tenemos que esperar a que unos acaben para poder empezar otros y LA PACIENCIA y EL RENDIRSE van de la mano del éxito.

No sirve de nada enervarse en el devenir lógico de los acontecimientos, sobre todo de los que vienen de ARRIBA porque nosotros, los mortales, aunque nos creamos unos superdotados controladores no somos nada al lado de los que SI que controlan verdaderamente el devenir del UNIVERSO.


Ahora viene el ejemplo que siempre explica mucho mejor lo que intento decir:

Yo, al pedir traslado, sólo abrí la puerta para que los de arriba decidieran que era mejor para mi vida. Ellos me enviaron aquí y sus razones tenían. Unas razones que poco a poco voy descubriendo dicho sea de paso.

Me gustaría hacer un inciso llegados a este punto. Hasta ahora os había hablado bastante de mi trabajo como Auxilio Judicial, y en este tiempo de reflexión me he dado cuenta que tanto hablar del juzgado me estaba retirando del verdadero objetivo de este blog, que no es mi vida laboral sino mi vida emocional, así que, con vuestro permiso, intentaré dejar de lado este aspecto de mi vida lo más posible porque aunque es importante ni de lejos es lo más importante en mi vida.

Dicho esto, sólo una alusión al trabajo: ¿os acordais de esa especie de "ascenso" que tanto pedí en La Bisbal y no conseguí nunca? Pues ya lo he conseguido en Calatayud. 

Cuando me lo dieron pensé: "Ya ha salido el pastel, ya empiezo a ver porque estoy aquí".


Bueno, a lo que íbamos, al pedir traslado intencionadamente dejé en manos de los de arriba mi voluntad, y permití que su SABIDURIA prevaleciera así sobre mi ignorancia.
Ellos decidieron que hoy esté en Calatayud supongo que porque lo que tengo que hacer en mi vida lo tengo que hacer aquí y/o que mi etapa en La Bisbal, de momento, había concluido.

Aprendí de esto a no pensar que nada es definitivo, a no dar por sentado que por haber hecho algo durante muchos años ya no se puede cambiar y a no desdeñar ninguna idea por absurda que parezca cuando te la planteen. A partir de entonces cuando me preguntan:  bueno ¿ahora ya te quedarás aquí? siempre respondo lo mismo: "nunca se sabe".

Rendirse es precisamente eso. Dejar que las cosas sucedan a su ritmo no al que intentamos marcar nosotros porque si sucedieran al nuestro nos perderíamos muchas cosas por impaciencia. Es mejor que no marquemos el ritmo.

Yo, como buena cabezona, a pesar de estar convencida de lo que os cuento, sigo intentando controlar todo. Y me sigo llevando unos berrinches exagerados al ver que, en realidad no controlo nada de lo que pienso que estoy controlando. 

Así que el propósito a alcanzar en esta etapa de mi vida es RENDIRSE. Rendirse ante la evidencia que hay cosas en nuestras vidas que no podemos ni debemos controlar por más que queramos.

En el Universo siempre hay un porque y un para que en todo, SOLO hay que esperar y RENDIRSE a la Verdad Universal: Nosotros no somos los mejores consejeros de nuestras vidas. Y hay cosas que, por más que pensemos, no podemos controlar.

Casi siempre esperar a que nuestros anhelos se cumplan merece la pena, y la impaciencia no sirve de nada nunca.

Dejemos hacer para que todo lo bueno que deseamos confluya en nuestra vida casi como el que no quiere la cosa.

Bueno, como yo hasta ahora, no me he aplicado la lección, estoy más cansada que un perro, y tengo que descansar. Así que desde ayer estoy de vacaciones y muy pronto partiré a La Bisbal a gozar de mi casita, del mar, de mis amigos, etc... que me lo merezco.

Y todo lo inacabado se quedará en Calatayud en modo espera.

Pa allá voy. Y, como anécdota, sólo deciros que cada vez que regreso a La Bisbal me viene a la cabeza la misma frase: " Y Dios en su infinita misericordia me mandó a La Bisbal".

Chao queridos. Nos vemos pronto.